Antes de ser un lugar físico, annisa era un movimiento. Con la ayuda de sabores frescos en paladares dispuestos y de una clara intención reconocer el papel y figura del chef, annisa empieza a tomar forma de manera indirecta en las cocinas de comensales que apostaban por atender sus actividades con una experiencia nueva.

Comienza a levantarse un público que entiende la necesidad de espacios que llenen esta carencia local y respondiendo al llamado, annisa abre sus puertas como lugar físico desde una pequeña casa en la localidad. Lugar donde predominaba la hospitalidad y la cercanía entre el chef y su comensal. Su espacio reducido hacia de él, un lugar íntimo y los sabores expresaban la idea de una experiencia “hecha en casa”.

Han pasado ya doce años desde que annisa abrió sus puertas y a pesar del tiempo y de nuevos lugares, su esencia y objetivos claros siguen intactos.